Entre prado y prado hay uno o dos vaqueros. Los vaqueros son una raza mística, llenos de la sabiduría de los siglos y de su incompetencia e inmadurez.
Son sabios porque son naturales. Su estructura de pensamiento
decimonónica les hace creer en su superioridad y al creer que es real, se convierte en real. No hay nadie que sepa más que un vaquero, sobre todo, sobre las vacas, sobre lo
difícil que es colonizar el mundo.
Un vaquero no es más que la alegoría del hombre. El significado de un vaquero es el significado de lo cosmogónico. Es un ser desapegado de la filosofía y el conocimiento humano. La única manera de llegar a este grado de conocimiento es, a mi parecer, por medio del conocimiento absoluto de las reglas que rigen el universo. Una vez
comprendidas estas muchas y complejas pero sencillas reglas, el ser se debería dar cuenta de que no importan. Es lo que les pasa a los vaqueros.
Están concentrados en sus vacas, en sus familias, en sus praderas, en todo eso que los hace Hombres y no simples hombres. Son cercanos a su universo, a su porción de universo.
Es extraño, hablando de vaqueros... de vaqueros en sus lejanas llanuras, en esos inmensos prados del oeste y centro de
norteamérica, pensar en la virilidad de estos míticos seres. Valoran su falo como pieza impresionante de artillería. Porque lo es. Un vaquero no necesita un pene. Para eso tiene su pistola. La pistola sirve más. Es más práctica, pero lejos de lo que sucede con la mayoría de las máquinas y artefactos de práctico uso, las pistolas no pierden su
escencia cósmica, las pistolas,
están ligadas al universo más que cualquier otro invento del hombre. Y no es por que son usadas por vaqueros que adquieren esta connotación. Los vaqueros las usan porque ellas tienen esta connotación.
Las pistolas son siderales. Tienen espíritu. Se ligan al universo. Porque son aparatos que se comportan como portales entre el mundo al que estamos limitados y el resto del universo. Y están desnudas.
La desnudes de la pistola es una de las más bellas creaciones del ser humano.
El vaquero, sabio por naturaleza lo sabe. Por eso las admira, por eso eliminó su pene y lo reemplazó con la pistola.
Estas son algunas de las razones por las que los vaqueros son lo que son. La
síntesis de la sabiduría humana de ayer, hoy y siempre. Los vaqueros, siniestros nómadas de nuestra mente. Suelen recordarme que la vida es simple y que los problemas se
pueden resolver con pistolas.
Si el gran
Hollywood me ha dejado una enseñanza, es que los vaqueros son la
conexión entre la raza humana y el universo más cercana que ha existido jamás.